a veces, recuerdo demasiado ese tiempo que no vuelve.
Las rodillas raspadas, los pantalones manchados,
las manos ocupadas... disfrutando atardeceres.
El tiempo, ha difuminado las memorias,
de las sonrisas inocentes,
esas de cuando no te importa nada,
de cuando la realidad es vana...
porque sentimos libremente.
Extraño esos momentos,
en los que la lluvia,
no podía apagarnos,
esos en los que, por muy cansados,
no parábamos de correr...de imaginar.
Quiero subir de nuevo a ese balancín,
columpiarme y alzar las manos,
saltar, sentir, como si pudiera volar.
Deseo volver a deslizarme por ese tobogán...
ese que ya no está porque lo han cambiado,
ese que se ha ido porque al pasar los años,
fue innovada la ciudad.
me he parado últimamente,
en esa estación de tren que ya no está.
he mirado he recordado,
porque no la volveré a pisar.
paseé por donde un día me caí,
y entonces comprendí,
todo acaba mutando.
Hoy puedo decir que no crecí,
porque me gusta no dejar de sonreír,
aunque sí he cambiado
no deje de ser la misma,
al igual que la ciudad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario