sobre la mesa los mecheros,
y es que siempre
los pierdo por mi cama,
desvanecidos
en humos de pensamientos,
que brotan de mis memorias.
He de afinar mas veces
mi guitarra,
y es que mi voz ronca,
ya busca el tono
entre notas rotas.
Debería beberme mis palabras
junto al vodka,
y así quizás
aprendería a tragarme el orgullo.
Podría olvidar
los miedos,
sin aprender a luchar.
Y si,
que música
es lo que llevo dentro,
que siento mis dibujos
nacer...
que la brisa y los días,
me recuerdan
que puedo morir
y para vivir... tengo todo lo demás.
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